Cajicá cuenta con una de las casas más antiguas, hermosas y de abolengo, de la Sabana de Bogotá. Su nombre viene del aborigen don Antonio de Fagua, gobernador de los indios de Chía, en los primeros años del gobierno colonial español, el cual dio nombre a la región donde esta enclavada la hacienda. Decimos que es una casona de abolengo, entre otras cosas, porque fue propiedad de don Bartolomé Esteban Murillo, famoso pintor de inmaculadas, y en particular de su hijo, don Gabriel Murillo y Cabrera.
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